viernes, 28 de agosto de 2009

Relatos de amor en frances.

El amor es el tema

¡L’amour... la grand affaire de notre vie!
(El amor... el gran tema de nuestra vida)
Jean Jacques Rousseau



Amor y muerte, juntos o separados han sido los grandes temas de la literatura europea. Amor idealizado, que se aleja de la carne y que se convierte en éxtasis; amor carnal, que sólo busca la satisfacción de la pulsión sexual; amor-pasión, que se vive como un dulce sufrimiento; amor traicionado o no correspondido.


La muerte es la “aguafiestas” del amor, aunque no siempre logra derrotarlo. El amor resulta más fuerte que la muerte, si le ha dado sentido a la vida, como expresaba Francisco Quevedo:



Su cuerpo dejará, no su cuidado:
Serán cenizas, mas tendrá sentido,
Polvos serán, mas polvo enamorado.



Como Rousseau sostiene, para los franceses, el amor es el asunto central de sus vidas. Ellos han sido sus legisladores, quienes plantearon sus reglas y su discurso, sus transgresiones y sus códigos, su escenario ideal, su bebida, su vestuario fundamental.

La quintaesencia del amor cortés, la exaltación sentimental, y espiritual, desprovista de lujuria, fue cuidadosamente legislada en lo treinta y un artículos que integran el Arte de Amar (De Arte Honesti Amandi) de André le Chepelian. Él pretendía que sus reglas de amor habían sido descubiertas por un caballero en la corte del legendario rey Arturo. Estas son algunas de ellas:

El matrimonio no debe invocarse como excusa contra el amor.
Nadie puede tener dos relaciones simultáneamente.
No se deriva placer de favores obtenidos sin el consentimiento de la amada.
Un verdadero amante es siempre tímido.
Una vez que el amor declina, está cercano a su fin, rara vez recobra su fuerza anterior.
Nada impide que una dama sea amada por dos hombres, o que un hombre lo sea por dos mujeres.
El matrimonio no excluye al amor.
Cuando dos amantes se casan, el amor se pone en fuga violentamente.


Los franceses le otorgaron a la literatura medieval europea su primer gran novela de amor: Tristán e Iseo . Narra la desgraciada historia entre dos jóvenes amantes, introduciendo elementos adicionales al esquema del amor cortés. La historia de Tristán e Iseo ha ayudado a generar las asociaciones habituales de la expresión amor romántico: pasión, fatalidad, trasgresión de la norma social, peligro y muerte. Un amor de novela.


El protagonista, Tristán, esta signado por la fatalidad desde su nacimiento. A los 15 años, llega a la corte de su tío, el rey Marcos, que habrá de ser la tercer punta del triángulo amoroso. Tristán e Iseo (prometida del rey) beben por error un filtro mágico que los encadenará a la pasión y que los llevará a la muerte. El rey Marcos, al conocer la fatalidad de los amantes decide enterrarlos juntos. De la tumba de Tristán surgió una viña, y de la de Iseo un rosal, y mientras iban creciendo, las ramas de la viña abrazaban las del rosal. Los antiguos decían que estos árboles eran símbolo de los amores de Tristán e Iseo, a quienes la muerte no había podido vencer.


El mito de Tristán e Iseo, ayudó a reforzar la idea de que la pasión es incompatible con la sociedad y con el matrimonio. Y quizá se una de la causas de que el adulterio se haya convertido en “una de la ocupaciones más destacables a las que se entregan los occidentales” ( Denis de Rougemont- “El amor y Occidente”).


[...] ¿Por qué amamos? Es extraño que, en el mundo, veamos a un solo ser, que no tengamos sino un pensamiento en la mente, un deseo en el corazón y en la boca, un nombre: un nombre que sube sin cesar, que sube como el manantial, de las profundidades del alma, que sube a los labios y que decimos, repetimos, murmuramos sin cesar en todas partes, como una plegaria. [...]

La morte
Guy de Maupassant
1887

No hay comentarios:

Publicar un comentario